12/10/10

A tiempo atrás




Después de un gran parón España ha cambiado. Somos Campeones del mundo, hemos tenido una Huelga General, ETA se da una tregua para rearmarse, y el gobierno se debilita poco a poco, y un amigo, un luchador, un tipo honrado no deja. Todo esto y más, aquí y ahora.

Empiezo con el vago recuerdo de una Huelga General, bautizada como “La del 29-S”. Esta huelga se preveía como la Gran Huelga de España, necesaria pero tardía, después de años de desplome en la economía, en la política, en el empleo, los sindicatos mercenarios y vagos que tenemos en España hicieron una primera convocatoria de huelga el pasado 8 de junio, una Huelga de Funcionarios. Y una mierda para todos los sindicatos. Cinco millones de parados y lo primero que hacemos es una huelga para luchar por los intereses de aquellos que tienen el trabajo y el pan garantizado de por vida. La Gran Huelga fue un fracaso le pese a quien le pese y le guste a quien le guste. Lo que sí quedó patente fue lo intransigente, lo inhumano, lo déspota, lo violento y lo cazurro que puede ser un piquete. Esos animales que rompen cristales de comercios y bares, esos animales que agreden al que quiere ejercer su derecho a trabajar, al que perder ese día es perder un pellizco de dinero importante. Esos animales que van orejeras (en las guarniciones de las caballerías de tiro, cada una de las piezas de vaqueta que se ponen al animal para impedir que vea por los lados) que sólo piensan en hacer lo contrario a lo que predigan. Ojo, yo, defensor del trabajador, no concibo esa violencia descabellada, sin control, barata y perseguidora con inquina. ¿De qué sirvió? Para nada, porque fui al banco, al supermercado, a clase y a tomarme una cerveza. Y como yo, muchos españoles. Una Huelga no puede convertirse en una batalla campal, una huelga general debe ser la cúspide de actos promovidos por una mala política económica y social por parte del gobierno, en paz y armonía.

Cambiando de tercio, por aquello de que enciendo y sangra la úlcera, hablemos de una pandilla de cobardes. Esta gentuza, aprovecha estos alto el fuego para rearmarse, agruparse y establecer cuáles son sus próximos objetivos, quienes serán los inocentes a los que le pegarán un tiro en la nuca, cuáles serán los que tendrán una bomba lapa y cuáles serán víctimas de la extorsión, el chantaje con aquello a lo llaman impuesto revolucionario. A Dios gracias que nuestras fuerzas y cuerpos de seguridad, funcionan en la lucha antiterrorista de forma exitosa, deteniendo a esto cobardes. La pena es que siempre cogen al número dos. A mi no me engañan, aunque en la prensa siempre se apunte a la detención del número uno, éste se encuentra en los despachos del Parlamento Vasco, y por supuesto bajo las siglas de un partido legal. Ánimo a todos los vascos y vascas de bien, que poco a poco van viendo la luz de un Euskadi libre y en paz.

Ya por terminar quisiera desde estas humildes líneas recordar a un amigo, a un profesor, a un tipo honrado, claro y brillante en la exposición de hechos, luchador por sus ideas, y político sin igual. José Antonio Labordeta, ha sido un placer escucharte, cantarte y recorrer contigo cada rincón de este desarbolado país.

Y hablo de este pequeño dios
que ha entrado en casa,
después de tantos días esperado.
Hablo y hablo
y nunca sé por qué guardar silencio.
José A. Labordeta

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